Corazón Aquino

Este lunes, en Manila, decenas de miles de filipinos velan a su ex presidenta, Corazón Aquino, en medio del agradecimiento a la mujer que ayudó a ese país del sudeste asiático a establecer una democracia moderna y a dejar atrás los años de la dictadura de los Marcos.

Fuera de Filipinas, Cory Aquino, como le llamaban sus cercanos, llegó a ser muy conocida en los años ochenta, pero desde fines del siglo pasado y en esta década en que se retiró de la política activa, poco a poco se fue alejando de la esfera pública y del interés general.

Por eso la elegí hoy como personaje, para compartir con quienes nunca oyeron hablar de ella, la importancia de su saga al frente de ese archipiélago de casi cuatro millones de habitantes, que fue tan importante para México durante la Colonia y que, a diferencia del resto de Asia, posee una mayoría de habitantes católica y donde es común escuchar a la gente hablar en español por un pasado compartido.

Corazón Aquino, nacida en 1933, provenía de una familia acomodada y creció acorde con la tradición de los ricos de filipinas: educación en colegios privados y en el extranjero, que en su caso fue Nueva York, además de estudiar Derecho en su país, profesión que abandonó para casarse muy joven, a los 22 años, con un político en ascenso: Benigno Aquino, cuando éste acababa de ser electo alcalde de Concepción, una de las ciudades más importantes de Filipinas.

Al lado de su marido, tuvo cinco hijos a los cuales se dedicó mientras su éste se convertía en senador y en un conocido dirigente opositor a Fernado Marcos, quien desde 1965 llegó al pode para no soltarlo durante dos décadas. Con Benigno Aquino convertido en preso político en los setenta, Corazón Aquino hizo campaña en su nombre y luchó por su libertad, pero finalmente, ambos tuvieron que abandonar su país en 1980, para pasar tres años exiliados en Estados Unidos.

Sin embargo, al volver a Filipinas en 1983 confiados en que Marcos les permitiría combatirlo desde la política y la legalidad, Benigno Aquino fue asesinado no bien había llegado al aeropuerto internacional de Manila, circunstancia que puso a su viuda directamente en el camino de la política, prácticamente desde los funerales que se convirtieron en un acto al que asistieron más de dos millones de personas.

Para 1986, Cory Aquino se postuló a la presidencia frente al mismo Fernando Marcos, quien reclamó el triunfo pero que terminó huyendo ante las manifestaciones en su contra y en defensa de la elección de Aquino.

Al frente de la llamada Revolución el Poder Popular, con sus 53 años a cuestas, Corazón Aquino inició un periodo presidencial aun en medio del acoso militar y de la oposición, de tal tamaño que debió resistir tres intentos de golpes de Estado antes de concluir su periodo en 1993 y de entregarle a su relevo un país menos violento y con una vida institucional fortalecida, una nueva Constitución y un nuevo Código Civil.

Y aunque dejó la presidencia y quiso retirarse por completo de la vida pública, en varias ocasiones volvió o manifestó su apoyo a distintos candidatos y causas para apoyar la democracia en Filipinas. La última vez fue en 2006 cuando a sus 73 años participó en las manifestaciones organizadas para repudiar la posibilidad de un nuevo golpe de Estado.

Finalmente, un cáncer de colon la venció este fin de semana y hoy, sólo queda honrarla, recordar sus luchas y fortalezas, sobre todo, ese levantarse de la desgracia para conseguir el sueño compartido de miles.

Modelo para muchos, su vida es un recorrido interesante por la historia contemporánea y por eso mi recomendación a leer algo de lo que por estos días aparecerá, recogiendo lo mejor de su vida.

Así me despido y hasta la próxima.

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