María Elena Morera
Por Héctor
Zamarrón
El secuestro de su
esposo, hace ya siete años, la llevó a una cruzada contra
la delincuencia y
a favor de las víctimas del delito que esta semana tendrá
un día clave con
la marcha del sábado. Es María Elena Morera, presidenta de
México Unido
contra la Delincuencia, de quien hoy nos habla mi compañero de
Milenio
Televisión, Héctor Zamarrón.
Es una mujer
delgada, de pelo largo, rubio, cuya frente amplia y mirada
serena no revelan
los sufrimientos por los que ha pasado.
Ahora, al
escucharla reclamar a los màximos representantes de la república,
apenas si es
posible imaginar a la profesionista que en los años noventa
ejercía su
profesión de odontóloga, daba clases y le gustaba pintar
porcelanas.
Egresada de la
Universidad Tecnológica de México, a María Elena Morera la
vida le cambió de
un día a otro cuando su esposo Pedro Galindo fue
secuestrado y le
amputaron cuatro dedos antes de liberarlo.
Los mismos cuatro
dedos que su esposo exhibió ante las cámaras en 2004, al
convocar a otra
marcha contra la inseguridad.
Él contó entonces
que cuando sus secuestradores le cortaron el primer dedo
sintió dolor, al
perder el segundo experimentó miedo, cuando le arrancaron
el tercero lo
invadió la rabia, pero cuando le cortaron el cuarto se llenó
de fuerza para
reclamarle a las autoridades.
“Si les tiemblas
las manos les presto las mías”, dijo entonces exhibiendo su
mano izquierda con
cuatro dedos amputados.
Esa fortaleza la
comparte María Elena, quien entonces enfrentó las críticas
de pirrurris que
les hizo López Obrador y quien hasta la fecha lleva siete
años luchando y
reclamando medidas contra el secuestro y la inseguridad.
Como presidenta de
México Unido contra la Delincuencia, María Elena Morena
asumió una
representación ciudadana bien ganada, pues prácticamente sin
descanso acude a
una entrevista de prensa tras otra, lo mismo que a
reuniones con
autoridades, a quienes les ha hecho lo mismo severas críticas
que propuestas
concretas.
Y con esa misma
fortaleza ha enfrentado a la falta de justicia en México
porque lleva los
mismos 7 años acudiendo a juzgados para seguir el juicio
contra los
secuestradores de su esposo, que tras ese tiempo y por lo menos
otros tantos
jueces, no recibieron sentencia sino hasta julio pasado,
Una mujer
atractiva y fuerte, que encara con la serenidad que sólo da
la experiencia del
sufrimiento su tarea ciudadana en pro de la justicia y la
seguridad para
todos. Antes eso, no queda sino apoyarla.
Comentarios